Reseña “De Madrid al Zielo 2. Última batalla” de Alfonso Zamora Llorente

Título: De Madrid al Zielo 2. Última batalla

Autor: Alfonso Zamora Llorente

Editorial: Dolmen

Año: 2014

Páginas: 290

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En abril de este año publicamos una reseña de un libro de zombis ambientado en Madrid. Se llamaba De Madrid al Zielo y yo misma dije lo siguiente: “Hay una segunda y una tercera parte de esta historia (esta última parece que saldrá a la venta el mes que viene) pero yo me bajo en esta estación.” Como podéis ver, soy una mujer de palabra y hoy vengo a traeros la segunda parte de una saga que dije que no continuaría. ¿Qué ha pasado? Cuando compartimos la reseña por Facebook (donde podéis seguirnos también) el mismísimo autor nos contestó en un amable comentario que agradecía nuestras críticas y que tomaba nota de las mismas. Y a mí, que aparte de ser una mujer de palabra, me vuelve loca que la gente sea educada y cordial, no se me ocurrió otra genial idea que darle una oportunidad a la segunda parte.

En esta secuela continuamos las andanzas de Alfonso y parte de su familia por una España infectada de zombis. En la primera parte dejamos al grupo rumbo a Alicante, donde unos pocos refugiados les esperaban en el Castillo de Santa Bárbara. Es este el punto de partida de este nuevo libro, que se centra más en la convivencia entre los grupos y en la progresiva conversión del protagonista en un ángel salvador frente a las hordas de no muertos salidas del Averno gracias a una conspiración de un Arcángel rebelde.

Si el primer libro no era muy bueno, este tampoco lo es. En primer lugar, quiero dejar claro que se nota que el autor ha intentado mejorar en varios aspectos: las descripciones, el estilo y la inclusión de elipsis. En el anterior libro las primeras no existían y el estilo era tan pobre como una redacción escolar. Aquí ha intentado describir algunos paisajes de Alicante e incluir metáforas un poco más complejas que en el primero. Además, ya no nos repite sucesos que conocemos y no se han incluido acciones que no fuesen relevantes para el desarrollo de la historia. A pesar del esfuerzo se nota algo artificial y forzado, como si no fuera algo que le saliera al autor de forma natural. No soy escritora pero entiendo que el proceso de aprendizaje es fundamental para esta profesión (y para todas) así que le alabo el esfuerzo realizado.

Comencemos con el salseo, que es a lo que hemos venido aquí.

Los personajes relevantes son los mismos que en la anterior entrega (con pocas incorporaciones) y no se han solidificado ni matizado. El único que podría tener un pase es Iker, un soldado que tiene sus virtudes pero al que se le han incluido defectos (que, bajo mi punto de vista, se quieren hacer pasar por virtudes), pero el protagonista sigue siendo un Action Man de Vallecas. De hecho, aquí os dejo una muestra:

Con un gesto de su brazo derecho, Carolina, Javi, Pedro y yo salimos con el arma a punto y avanzamos unos metros hasta que cada uno observamos un punto diferente de aquel inhóspito lugar. Ya funcionamos por instinto, como si fuésemos un grupo de marines que sabe perfectamente qué hacer sin necesidad de tener que pronunciar una sola palabra.

Tampoco el antagonista está muy bien delimitado y parece más un cuñado con ínfulas que un verdadero personaje malvado. En mi opinión, muchos de los problemas que ocurren en el libro los causa el propio grupo de Alfonso y nos hacen creer (de un modo un poco torticero) que sus fallos son las debilidades del propio antagonista. El momento de la convivencia entre ambos grupos es la debacle narrativa de todo el libro y, de verdad, muchas veces me daban ganas de que entraran los zombis y se los comieran a todos. O al menos poder pegarles una colleja.

Otro tema que me llamó la atención (también en el libro anterior) son las muertes que hay (de familiares cercanos, padres y madres), que en la mayoría de ocasiones pasan desapercibidas para los protagonistas. ¿Acaso ninguno de los supervivientes tiene corazón? Incluso hijos que pierden a sus padres apenas notan su ausencia…

Existe una cosa que me saca más de la lectura que unos personajes mal construidos, una trama mal llevada, una ambientación de cartón o un estilo regulero: las erratas. Llevo un puñado de libros a mis espaldas y puedo decir sin temor a equivocarme que no conozco un libro con más erratas que este. En cada página había por lo menos una, y no fallos pequeños, dobles espacios, letras equivocadas, etc. FALLOS MUY VISIBLES Y ERRORES ORTOGRÁFICOS GRAVES. De hecho, las últimas cien páginas se me han hecho insoportables porque el texto era un campo de minas de erratas. Os juro que, en este aspecto, es mucho peor que el asqueroso libro de Dalas Review.

Como en el anterior, si os gusta el género y queréis echar un par de tardes en las que no tengáis nada que hacer quizá paséis un buen rato. Si sois unos sibaritas amantes de la buena literatura ni lo consideréis para vuestras lecturas pendientes.

PUNTUACIÓN: 5/10